Ha sido un primer contacto con dicha área que muchos tenemos olvidada bien por resquemor, temor o simplemente ignorancia. Yo particularmente he tenido un cúmulo de sensaciones a la vez, por un lado ha sido una asimilación de toda la información dada y por otro un cierto quemazón interior de no saber exactamente en qué va a consistir la misma, no tenía claro si salir corriendo o quedarme y afrontar nuevos retos.
El momento que más ha captado la atención de todos, ha sido sin duda cuando el docente ha intentado explicar que la línea de separación entre arte y nosotros es un simple trozo de papel albal y la verdad que ha sido un buen ejemplo, porque a primera vista no es más que un insignificante trozo de papel, pero cuando lo ha puesto sobre mi mano, de una cosa aparentemente tan sencilla ha sacado el molde y a partir de aquí se pueden desgajar una serie de contenidos a estudiar como el volumen, la profundidad, la forma...
Como dicha práctica ha suscitado nuestro interés el profesor dice que para el próximo día traigamos una serie de materiales para trabajar en esta línea.
Apoyo esta idea: "SE APRENDE VIENDO Y HACIENDO".
Y ya casi finalizada la clase ha lanzado la siguiente pregunta:
¿CONSIDERÁIS QUE UN MAESTRO PUEDE CONOCER A SUS ALUMNOS SUPERANDO UNA RATIO DE 25 ALUMNOS POR CLASE Y EN UN PERÍODO INFERIOR DE 4 MESES?
Tras reflexionarla creo que aunque es una tarea compleja para el docente, si que se puede llegar a conocer a esos discentes, no hace falta un gran período de tiempo, con el trabajo diario de cada uno se llega a saber cómo es esa persona, qué le interesa, cuáles son sus aspiraciones, si cumple con la asignatura...
Lo único que se necesita es interés por parte del profesor de conocer a quienes conforman su clase y dejar que los alumnos actúen cómo ellos crean.
Me llega a la cabeza la siguiente frase:
"DIME QUÉ HACES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES".
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